ARTE EN ARTNOVELA Compra el cuadro que prefieras . IMPURA . INFORMACION . RETRATOS . SERIE SELFIE . SERIE CALLATE . PAISAJES . SERIE CUT OUT . SERIE MELTED CROWD . COMO EL AGUA . SERIE STILL LIFE . ABSTRACTOS

Hemos recibido 41615252 impresiones desde FEBRERO 2002
|
Para dejar un comentario en esta encuesta, entrá en Resultados y presioná el botón Dejar Comentario
|
Ponga su anuncio aquí
|  |
Narrativa: cuentos: Telepatía mamaria
Enviado el Saturday, 05 July a las 00:14:42 por Artnovela |
sigmapo escribió "
Otro personaje era la sueca Oluffsen y su hija Olanka. La madre estaba casada con Segufin, al que utilizaba como esclavo para los recados. Aparte de esa relación, Segufin sólo compartía con la sueca algunas noches de cama y discusiones a todo trapo que escandalizaban a todo el vecindario.
Para entender realmente a Oluffsen había que comprender el comportamiento de sus tetas. Aquella mujer era una salchicha blanca de Estocolmo que tras cinco horas de sol incandescente, parecía una pelota rojiza a reventar. Mediante una especie de lenguaje extraño, Segufin sabía si su mujer estaba furiosa cuando los senos estaban algo decaídos, o por el contrario, disfrutaba de un buen día al ver las tetas turgentes como rocas. Con esta telepatía de mamas, el clima familiar se mantenía dentro de unos límites. Si algo fallaba, la línea divisoria que estrablecían sus domingas se iba al traste y las explosiones podían surgir en cualquier instante. Unas veces, la sueca se piraba con el coche y tardaba horas en volver cargada de queso fresco y salmón ahumado del Carrefour. Otras Oluffsen se lanzaba sobre Segufin y acababan en la cama donde unos balbuceos ininteligibles resonaban a placer. Pero el verdadero árbitro celestial en estos conflictos era Olanka, la hija, que había heredado de su madre una disposición mamaria abundante y de su padre, el gusto por trastocar la realidad sin remedio. Adoraba salir por las noches dispuesta a beberse ríos de alcohol. Cerca del alba regresaba ebria perdida y todo el pueblo sabía cúando daban las siete porque las arcadas de Olanka retumbaban por el valle. Pasaba horas devolviendo, mientras Segufin hacía las compras y su madre preparaba la comida. Luego dormía, se levantaba, pasaba un rato tostándose al sol y vuelta a la cama, hasta que sobre las doce sintiera que el estómago le pedía un cubata o algo por el estilo. Así devoraba los días como bocadillos de salmón en espera de la gran noche que convirtiese su sangre en Chivas Regal."
|
|
|
| |
Puntuación Promedio: 2 votos: 2

|
|
OPINE: Deje algunas palabras para decirle al autor las reflexiones y opiniones que este texto le ha suscitado. No se vaya sin dejar su comentario. El objeto de este servicio es comenzar una charla e intercambiar ideas y sugerencias sobre diferentes temas.
Ayuda: Para ENVIAR UNA OPINIóN, presione el botón ENVIAR OPINION y escriba su comentario. Para RESPONDER a un comentario ya escrito, presione el enlace Responder a esto que aparece debajo de cada opinión. Puede enviar comentarios con su nombre de usuario, pero no en forma anónima.
|
|
|